Fuente del Arco es un municipio pacense situado en la campiña Sur de Extremadura, Concretamente, en la vertiente norte de la Sierra del Viento dentro de las estribaciones de Sierra Morena, en cuya falda se asienta el municipio.
En la época celta, a este núcleo de población se le daba el nombre de Contributa, que junto a Regina Turdulorum (Casas de Reina) y Arsa (Azuaga, era una de las tres ciudades más importantes de la región,
Más tarde, en el año 1.241, las hordas de la Orden de Santiago conquistaron Fuente del Arco a los musulmanes convirtiéndolo al cristianismo. Según los historiadores, su fundación fue en los términos de la conquista de Reina por el gran Maestre de Santiago: D. Pelayo Pérez Correa, a la sazón de la famosa batalla de Tentudía, en el año 1.270, en la que, parando a descansar, pinchó su espada en la tierra y comenzó a manar abundante agua, encontrando una fuente, a la que mandó construir una pila con un arco de vistosa y fuerte arquitectura. Hoy día, a esta fuente le debe su nombre esta villa.
Ya en septiembre de 1561, Felipe II, quien fuera Rey de Castilla, declara la independencia, ya que dependía de la ciudad de Reina, y le otorga el título de villa.
La Ermita de Nuestra Señora del Ara es un edificio que data de finales del siglo XV y principios del XV.
La nave principal la completa un pórtico mudéjar sobre arcos peraltados en la fachada sur, del siglo XVI, la cúpula octogonal y linterna de media naranja con camerino, y el campanario que pertenecen al siglo XVIII.
En su interior, la bóveda está decorada por frescos del siglo XVIII, de autor desconocido, que versan sobre escenas del Génesis y paisajes. De esta época, y de gran valor, es también el retablo mayor barroco y los retablos menores que lo cortejan. Asimismo, se representa un variado repertorio de escenas bíblicas y otras, cuya estructura evoca la de San Pedro de Roma, por lo que la obra ha sido calificada como La Capilla Sixtina Extremeña.
En 1993, fue declarada Bien de Interés Cultural, con la categoría de monumento.
La Mina de la Jayona es una antigua mina de hierro. Su recuperación ambiental ha generado un hábitat singular de gran interés geo-ecológico y de una belleza casi mágica que le ha valido el reconocimiento de Monumento Natural en septiembre de 1997.
A principios del siglo XX, entre 1900 y 1921, casi 500 mineros, incluidos mujeres y niños, excavaron la mina para extraer más de 270.000 toneladas de mineral de hierro de las calizas que lo ocultaban.
El mayor legado de la explotación lo constituye el hueco excavado para extraer el mineral, que con sus más de 700m de longitud y 50m de profundidad, ha dejado al descubierto las entrañas de la tierra. Por este hueco, en la actualidad, pueden recorrerse cuatro de los 11 niveles dejados por la explotación.
Si hubiera otra actividad que quisieran realizar no incluida, intentaremos complacerlos.